No son buenos tiempos para doña Sofía. En realidad, nunca lo fueron. Tuvo etapas felices cuando sus hijos eran pequeños, pero pronto saboreó el desengaño cuando Juan Carlos la engañó con otras mujeres. Fueron muchas y muy sonadas las infidelidades. La reina, siempre callada, cumplió con su papel institucional sin rechistar. En Zarzuela, vivía alejada del padre de sus hijos.
Ahora tampoco tiene contacto con Juan Carlos. Él reside en Abu Dabi y ella continúa en palacio. Irene de Grecia, su hermana, ha sido siempre su gran compañera. Ahora está enferma y es Sofía quien la cuida. De vez en cuando, acuden juntas a algún acto presidido por la emérita.
En resto del tiempo, Sofía lo pasa en la jaula de oro en la que tantas lágrimas ha derramado a lo largo de su vida. Ahora, según Pilar Eyre, la reina también llora en secreto: "Su situación en estos momentos también es preocupante: me han contado que no duerme ni come, y llora mucho", cuenta en Lecturas.

La periodista asegura en la familia real, las mujeres "nunca han sido felices": "Doña María, la madre de Juan Carlos, la muerte de su hijo Alfonsito la llevó a la depresión y el alcoholismo, Cristina y Elena han tenido una vida íntima muy desdichada, la infanta Margarita se ha visto privada desde su nacimiento del sentido de la vista y la otra hermana de Juan Carlos, doña Pilar, respondió cuando le preguntaron poco antes de morir si volvería a vivir su vida: "¡no, por Dios, ha sido todo demasiado duro!".
De este modo, Eyre da por hecho que no existe la felicidad para las féminas 'reales'. Habría que preguntarle a Sofía o Leonor qué opinan al repecto. Hace tan solo unas semanas, la heredera sufrió las consecuencias de pertenecer al seno familiar más comentado de nuestro país: le hicieron fotos en bikini y fueron publicadas en portada. Al parecer, no le sentó nada bien.
Fotos | Gtres
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