La crispación española con el guiri ha escrito este fin de semana un nuevo capítulo con la edición del Primavera Sound más exitosa de su historia. Hablamos de abonos agotados con cinco meses de antelación, 293.000 asistentes sumando todas las actividades (25.000 más que en 2024) y todo ello gracias (o por desgracia) a un 65% de publico extranjero (seis puntos más que el año pasado). Lo peor es que las redes se han llenado de denuncias de mal comportamiento por su parte y un subtexto de hartazgo por sentir que se ha perdido otro espacio más, gentrificado por los turistas.
PS 2009: 76.000 personas, 40% guiris
En 2009 fui por por primera vez al Primavera Sound. Aquel año los cabezas de cartel fueron grandes nombres de la música rock independiente como My Bloody Valentine, Sonic Youth o Neil Young. Con ellos, el festival logró congregar a 76.000 asistentes en el Parc del Fòrum de Barcelona, de los que un 40% ya eran extranjeros. No obstante, guardo un recuerdo muy agradable de aquella edición. Sin altercados ni ningún tipo de incidente. Con colas asumibles para acceder a los baños y a bebida y pudiendo ver los conciertos sin sentirme una sardina enlatada.
PS 2019: 220.000 personas, + del 50% guiris
No obstante, en 2019, volví al Parc del Fòrum y ya no quedaba absolutamente nada de aquel Primavera Sound. Es normal, había pasado una década y las cosas cambian. Los artistas mainstream como Rosalía, J Balvin o Miley Cyrus convivían en el cartel con otros reclamos más independientes y acordes a la esencia original del festival. Algo que hizo que aquel año ya se registraran un total de 220.000 asistentes, de los que más del 50% eran extranjeros.

Recuerdo bien aquella edición porque me hizo darme cuenta de que mucho me tenía que gustar un artista para que yo volviera a ir a otro festival. Por suerte, mi entrada era de un día porque solo fui capaz de aguantar un par de conciertos dentro del recinto. No obstante, tengo que decir que el problema no eran los extranjeros. Era la gente, en general y para todo. Desde las colas que podían durar una hora solo para conseguir beber agua si tenías sed, hasta la paciencia de la que te tenías que armar simplemente para lograr desplazarte de un punto A a un punto B. Por no hablar de que, a determinada distancia del escenario, ya da igual quién este encima porque puede ser tanto Rosalía como tu vecina del quinto y no te vas a enterar.
PS 2022: 500.000 personas, 65% guiris
Por lo tanto, no me extrañó que, en ediciones posteriores, hubiera quejas y preocupación entre los asistentes por la masificación. Sobre todo, durante la edición de 2022, cuando el festival volvió tras el parón pandémico e hizo su récord con 500.000 espectadores repartidos (eso sí) en dos fines de semana consecutivos con los mismos artistas.
Aquel año, sin embargo, destacó también por las imágenes de pesadilla de auténticas mareas humanas y tweets de personas que se viralizaron denunciando haberse sentido en peligro al no poderse mover presionados por tanta gente alrededor o haber avanzado solo unos pocos metros después de 45 minutos de cola para comprar una bebida. Porque, además, recordemos que no está permitido llevar tu propia bebida a este tipo de eventos. Ni siquiera agua.

PS 2025: 293.000 personas, 65% guiris
No obstante, a pesar de todo esto y del calor extremo que viene haciendo en España en los últimos años, el público del Primavera Sound ha seguido aumentando. Veo la retransmisión en directo del escenario principal en Prime Video y constato que ya no queda absolutamente nada de lo que viví en 2009. Veo a Sabrina Carpenter con una escenografía que recrea la cubierta de un crucero navegando entre un mar de gente y no sabría discernir a simple vista si se trata de Barcelona o del Coachella. No lo digo como algo negativo, el festival se ha ganado a pulso convertirse en un merecido referente mundial, pero me alegro de estar viéndolo desde casa.
Además, el retorno económico que se estima para la capital catalana es de 200 millones de euros. Son buenas noticias a priori si, además tenemos en cuenta, que el Primavera ha destacado este año por estar encabezado por tres de las artistas pop más cotizadas del momento, lo que lo ha convertido en un cartel único en el mapa de festivales europeo... Sin embargo, las quejas este año también han estado muy presentes en las redes sociales. En esta ocasión, centradas en un público extranjero incívico. Los asistentes locales aseguran haber vivido situaciones desagradables en las que estaban rodeados de personas conversando en inglés, sin dejarles escuchar la música o recibiendo empujones.
@jordi_luque No puedo con los guiris 🙃 @Primavera Sound #primaverasound #charliexcx #sabrinacarpanter #chapelleroan #guiris #parati #foryou
♬ sonido original - Jordi (Taylor’s version)
Sin embargo, solo hay que mirar los números de asistencia al Primavera Sound para darse cuenta de que el festival siempre tenido un alto porcentaje de público extranjero y, de hecho, son ya varios los años en los que este superan en porcentaje al español. Entonces, ¿por qué es ahora cuando se han convertido en un problema? Por un lado, puede haber influido que el trío Chapell Roan, Sabrina Carpenter y Charli XCX hayan atraído a un tipo de público guiri más joven y mainstream. Pero, ¿y si el contexto socioeconómico en España también esté influyendo?
Ni un centímetro de España sin masificar
Las crónicas hablan de que el público local se concentró más en la cara de la programación indie, donde hubo una presencia más madura. No obstante, no podemos obviar la crispación que vivimos actualmente con el turismo y el inversor extranjero. En plena celebración del festival, el diario 'El confidencial' publicaba que la compra de vivienda por extranjeros que no viven en nuestro país se había triplicado, mientras que la de los jóvenes se desploma.
Reino Unido, Estados Unidos e Italia son los países que más público aportan al Primavera Sound. En los últimos años, España ha visto un aumento significativo en el número de estadounidenses que deciden mudarse a nuestro país en busca de una mejor calidad de vida. Algo que sale redondo para quienes trabajan en remoto, cobrando salarios de Estados Unidos pero pagando a precios españoles. Este problema que plantean los "expats" se suma al de un turismo de masas a la hora de provocar la subida de precios de la vivienda, además del aumento de ruido y basura y el deterioro de espacios naturales.

Ya lo sabemos, España atraviesa una época de malestar social con respecto al turismo y al extranjero rico por el detrimento que tiene en la calidad de vida de la mayoría, que no se beneficia del impacto económico que generan. De este modo, la impotencia que provoca que Madrid haya aprobado una reordenación de los Airbnb, que permite que el 73% de los edificios situados en el centro histórico puedan ser transformados en bloques de apartamentos para visitantes, es mucho más fácil sacarla contra el guiri que te toca las narices cuando estás intentando olvidarte de que sigues compartiendo piso a los 40 y solo quieres darlo todo un rato cantando 'Please, Please, Please' de Sabrina Carpenter a pleno pulmón. Porque por favor, por favor, por favor, dejadnos alguna cosa de lo que poder seguir disfrutando antes de morir.
Fotos | @Primavera_sound
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