Para los japoneses, el arroz es mucho más que un alimento. Es su historia, su cultura y la base de su dieta nacional. Por eso, el aumento desbocado del precio y su escasez en supermercados les tiene muy agobiados. Ojo, que la bolsa de cinco kilos está a 26 euros y los nervios están a flor de piel. Tanto, que el mero hecho de que el ministro de Agricultura comentara que a él se lo regalan los enfureció tanto que tuvo que dimitir.
Poco arroz para tantos japoneses. A los japoneses se les ha juntado todo y es un combo muy difícil de desmantelar. En primer lugar, las lluvias intensas han reducido la producción de arroz y han dado muy malas cosechas. A eso se suma una política agrícola errónea que ahora recoge sus frutos: incentivaron la reducción de las áreas de cultivo para evitar el desplome de precios y ahora les ha explotado en la cara.
A este cóctel ya explosivo se suman los enormes aranceles a la importación que impone Japón para proteger su producción local. Son del 778% y han hecho muy complicado aumentar la cantidad de arroz con producto extranjero ante la escasez. Tampoco ayuda el aumento de la inflación en Japón y la caída del precio del yen, que no termina de recuperarse y hace que importar arroz sea aún más caro. Por último, muchos hogares han comprado arroz en mayores cantidades como medida preventiva ante posibles catástrofes, debido a la alerta de terremoto.

El boom del turismo y su obsesión con el sushi. El turismo en Japón no para de aumentar y, con ello, la cantidad de viajeros que quieren disfrutar del sushi tradicional y auténtico. Esto hace que aumente la demanda de arroz en los restaurantes, intensificando la presión en la demanda.
Las soluciones del gobierno a este drama nacional. El gobierno no se ha quedado parado ante esta crisis. Han liberado 500.000 toneladas de las reservas nacionales de arroz para frenar el aumento de los precios y han impuesto un límite de compra de una bolsa por persona.
También han facilitado la importación. Esta medida llega demasiado tarde como para paliar la crisis actual, pero será útil en el futuro. Al igual que el fomento de cultivos resistentes al calor y el apoyo logístico a los agricultores, inversiones a largo plazo para prevenir que esto vuelta a ocurrir.

En España podemos estar tranquilos. Para la mayoría de consumidores españoles, esta crisis no afecta en absoluto. En todo caso, afecta a los restaurantes japoneses y tiendas gourmet especializadas que traigan su materia prima desde Japón y sufran la subida de los precios.
Fotos | Robson Hatsukami Morgan, frogses production, Masaaki Komori y Jhonghyong Park vía Unsplash.
En Trendencias | 21 recetas de pasta italiana con las que no aburrirte nunca.
Ver 0 comentarios