Alguna vez te has llevado a casa unos albaricoques del supermercado que parecían prometer una explosión de verano en tu boca pero que, ¿al darles un bocado, donde te han transportado es directamente a la nada? Pues bien, antes de relegarlos a ese rincón de la nevera donde van a morir las medias cebollas y la fruta que no queremos admitir que no pretendemos consumir, considera convertirlos en umeboshi. O lo que es lo mismo: uno de los condimentos más legendarios de la cocina japonesa.
Aunque la receta tradicional se hace con ume, esta fruta es una especie de ciruela japonesa que es prima del albaricoque. Básicamente, el proceso consiste en fermentar la fruta con sal hasta que se convierta en un bocado ácido, salado y potente, con un umami tan concentrado que una sola pieza puede llenar de sabor hasta el arroz blanco más soso.
El truco está en usar fruta todavía un poco verde, de la que se espera que siga madurando en casa. Además, ya que nos ponemos creativos con alternativas occidentales, no tenemos por qué limitarnos solo al albaricoque y podemos probar también con otras frutas similares de hueso como ciruelas y melocotones. Más allá de la divertido del proceso de fermentación de la fruta, esta es también una manera de reducir el desperdicio y consumir alimentos de temporada.
Cómo fermentar fruta de hueso al estilo japonés en casa
En primer lugar, tenemos que dejar a remojo la fruta en agua con chorro generoso de vinagre de vino blanco o de sidra durante un par de horas. Después, retiramos el pedúnculo de la fruta y la pesamos para poder añadir el 18% de su peso en sal marina.
Necesitaremos un recipiente limpio y con tapa para empezar a colocar la fruta en capas, repartiendo la sal entre capa y capa. Por último, cerramos el recipiente y le ponemos peso encima. A continuación, procedemos a dejarlo fermentar durante cuatros semanas en un lugar fresco y en el que no reciba luz directa del sol.
Transcurrido este tiempo, en un día de calor, ya podemos escurrir la fruta y dejarla secando al sol durante varios días. Después, debemos guardarla en un tarro limpio. Aunque en Japón dejan madurar el umeboshi entre uno y tres años, nosotros es mejor que lo consumamos en un un mes, puedes hacerlo como acompañamiento de arroz blanco, en ensaladas o como ingrediente sorpresa inesperada en bocadillos.
Foto de portada | Sekiuchi
Ver 0 comentarios