Existe un término llamado “paradoja de la elección” que el psicólogo Barry Schwartz analizaba en uno de sus libros. Plantea que a pesar de que tener muchas opciones para elegir parece algo bueno, en realidad puede conducirnos a sentir ansiedad, parálisis y menos satisfacción con nuestras decisiones. Como cuando nos pasamos 30 minutos decidiendo qué ver. Para evitarlo, últimamente lo que hago es entrar a una de las plataformas y darle al play a lo primero que aparezca.
La última vez que lo hice fue en Disney+ y di al play a una serie que ni sabía que existía. Una de sus novedades: ‘Dying for sex'. Esa decisión aleatoria me llevó a una miniserie que me ha roto por dentro y que a la vez, ha arreglado cosas que no sabía ni que tenía rotas.
Morir y vivir en ‘Dying for sex'
Molly, interpretada por Michelle Williams, recibe un diagnóstico terrible cuando se encuentra en plena terapia de parejas: su cáncer ha vuelto y ahora tiene un cáncer de mama metastásico. Terminal. En ese punto, su vida cambia, o ella la cambia mejor dicho, y por primera vez en su vida comienza a explorar la amplitud y complejidad de sus deseos sexuales. Quiere probar todo aquello que no pudo, y lo quiere hacer antes de morir. Su amiga Nikki, a quien da vida Jenny Slate, será quien la acompañe y la que Molly elige como persona con la quiere morir. Así, Molly deja a su marido e inicia una nueva vida camino a la muerte.
Junto a ellas dos, verdaderas y absolutas protagonistas, encontramos a Rob Delaney, Kelvin Yu, David Rasche, Esco Jouléy y Sissy Spacek en una serie creada y escrita por Kim Rosenstock y Elizabeth Meriwether. Cuando la ví, me di cuenta de que me estaba rompiendo por dentro pero al terminarla, descubrí que habían nacido flores en plantas que no sabía que estaban muertas. Dejé de tener miedo a cosas que no sabía que temía. Y lo hice todo en ocho capítulos de apenas media hora.
‘Dying for sex' es una miniserie que se inspira en la historia real de Molly Kochan, una mujer que fue diagnosticada de cáncer de mama metastásico en 2015 que decidió poner fin a su matrimonio para explorar su sexualidad. Compartió junto a su mejor amiga Nikki Boyer las experiencias sexuales que buscaba en el podcast Wondery, Dying For Sex. No sabía nada de esto cuando empecé a verla, pero no me hizo falta. Descubrí entre risas a una mujer explorando su sexualidad en los últimos años de vida, y lloré a mares con la redefinición de alma gemela que explora la serie. También me di cuenta de cuánto había pensado en la muerte de mis seres queridos en los últimos meses y del miedo que tenía a que llegara ese momento. Entre sexo, risas y lágrimas.

Pero no es una serie de sexo más. No es sexo gratuito ni sexo como crees conocer en la televisión. Es sexy a pesar de ser explícita. Es diversa. Es intrigante. Es curiosa. Te hace pensar en todas las sexualidades que existen, en todas las fantasías y en lo diferente que sería el sexo para las mujeres si nos dejasemos llevar de verdad. ‘Dying for sex' no es solo sexo. Es mucho más. Lucy Mangan decía en The Guardian que es el monólogo interior de Molly lo que domina todo. Lo que busca y desea. Lo que le falta en cada momento y lo que ansía emocional y físicamente del propio sexo. “Solo es sexy cuando Molly lo encuentra así”.
Quizá lo mejor de la serie es que sin darte cuenta vives el cáncer de Molly como una celebración de la vida misma. A la vez que exploramos la sexualidad de Molly entre BDSM, fetiches, juegos de roles de perritos y masturbación, nos adentramos de una forma igual de profunda e importante en la relación entre Nikki y Molly. En el verdadero amor que se profesan, lo que para mí es el hilo conductor de todo.
Esta es una serie sobre relaciones, sobre los traumas que nos persiguen hasta el último de nuestros días, sobre amor, sobre libertad, sobre vida pero sobre todo, es una serie sobre la amistad. Una amistad verdadera, auténtica y profunda. Tan profunda que se convierte en familia.
No sé si fue casualidad, suerte o destino, pero querer escapar de la paradoja de la elección me ha regalado una de las mejores series que he visto últimamente. una serie tremendamente humana y llena de todas las emociones que quiero sentir.
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Fotos | ‘Dying for sex' (Disney+)
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