Más de 720.000 personas mueren cada año por suicidio, la que es considerada la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque existe vínculo entre suicidio y trastornos mentales, especialmente depresión, las tasas de suicidio también son altas entre grupos vulnerables que sufren discriminación, como las personas refugiadas y migrantes o las pertenecientes a los colectivos LGBTI. Ahora un nuevo estudio señala un grupo de riesgo en el que no habíamos pensado: los músicos.
De Kurt Cobain al del medio de los Chichos: el riesgo de suicidio en la música es una realidad
Un nuevo estudio publicado en Frontiers in Health ha documentado que existe una prevalencia de suicidio entre los músicos. Estos, junto a otros artistas como los actores “se encuentran entre los cinco grupos ocupacionales con mayor tasa de mortalidad por suicidio”, como explican el Dr. George Musgrave y el Dr. Dorian Lamis, autores principales del estudio.
Los datos hablan de que en Reino unido las tasas de suicidio masculinas que superaron la media poblacional en un 20% y las femeninas en un 69% en ese sector de "cultura, medios de comunicación y deporte" y en EEUU los músicos, cantantes y trabajadores afines masculinos presentaron la tercera tasa más alta de suicidio ocupacional. En el caso de las mujeres, la categoría ocupacional “Artes, Diseño, Entretenimiento, Deportes y Medios”, registró la tasa de mortalidad por suicidio más alta de todos los grupos ocupacionales en 2012, 2015 y 2021. Aunque en Corea del Sur los datos son limitados, como explican los expertos, las muertes de artistas de K-Pop también sugiere que los músicos a nivel global “pueden constituir una población vulnerable” al suicidio.
Las estrellas del K-Pop Goo Hara, Sulli y Moonbin, Chester Bennington de Linkin Park, Keith Flint de The Prodigy, Ian Curtis de Joy Division, Chris Cornell de Soundgarden, o el DJ Avicii, son solo algunos ejemplos. Kim Jonghyun, Michael Hutchence, Chester Bennington y Keith Flint engrosan la lista. Otro de los casos más famosos fue el de Kurt Cobain, que pertenece al llamado "Club de los 27". El cantante de Nirvana, se inyectó heroína y con una escopeta se quitó la vida el 5 de abril de 1994 dejando una nota de suicidio.
En España tenemos casos como el de Jere (Juan Antonio Jiménez Muñoz) conocido como “El del medio de los Chichos” o Manolo Fernández de Los Bravos, y en el mundo del cine, el de Verónica Forqué. Hay muchos más, lo que según Musgrave muestra que “hay una aparente y devastadora conexión entre los artistas, los problemas de salud mental y la mortalidad prematura”.
Drogas, traumas y depresión los hacen más vulnerables
Los músicos tienen una esperanza de vida 25 años menor y según este estudio sobre artistas, uno de cada cinco conoce a alguien cercano que se ha suicidado. Muchos acaban con su vida antes de tiempo. Según los expertos, el abuso de sustancias y las adicciones, especialmente la precocidad en su consumo se relaciona con un aumento en el riesgo de conducta suicida. Haber sufrido eventos traumáticos y tener problemas de salud mental también actúan como un factor de riesgo. Si atendemos a los problemas de salud mental, podemos ver que la ansiedad y la depresión son trastornos más frecuentes entre artistas que entre la población general. Historias como la que cuenta Aitana en su documental, pone de manifiesto que existe un problema con la salud mental en el mundo del arte.
Hay una aparente y devastadora conexión entre artistas, problemas de salud mental y mortalidad prematura
Para Rosana Corbacho, psicóloga especializada en la Industria Musical, “todo lo que nos acerca a ser productos y nos aleja de nuestras necesidades humanas tiene el riesgo de hacernos infelices”, explicaba en Ethic, y esa infelicidad puede conducir a trastornos mentales. Además, entre los artistas “es común tener una autoestima inestable o basada en el resultado del trabajo, así como conductas poco adaptativas que lleven a un abuso de sustancias”, lo que aumenta aún más el riesgo de suicidio. A eso se suma algo más: la romantización del artista torturado.
A más sufrimiento, ¿mejores artistas?
Culturalmente hablando se generan tópicos que romantizan los estados depresivos en aquellas personas que se dedican al arte. Esa creencia que ahonda en la idea de que el genio artístico se relaciona con el sufrimiento no es de ahora. Por ejemplo, se dice que Frida Kahlo encontró su esencia artística a través del dolor físico y emocional. La vida de Virginia Woolf estaba repleta de inestabilidad emocional y de varios intentos de suicidio hasta que finalmente se ahogó en 1941 en el río Ouse. El sufrimiento de Beethoven que le llevó a ser uno de los mejores compositores de la historia. Marilyn Monroe, Vincent Van Gogh, Ernest Hemingway. Todos se suicidaron. El tormento parece algo inherente al arte desde… siempre.
Aunque el Club de los 27 existe, el hecho de que se haya convertido en un mito ha tenido consecuencias culturales reales. Hemos encumbrado el arte quien más sufrió. De quien se fue antes de tiempo y es posible que lo hayamos hecho no solo por su talento, sino por el hecho de que se han ido. Como un mártir suyo sufrimiento le hace mejor a ojos del mundo. La romantización de los artistas “torturados”, nos lleva a pensar incluso que son mejores artistas por el hecho de sufrir enfermedades mentales como la depresión. Puede que eso les haya convertido en víctimas que buscan esa catarsis que transforme su arte en algo único y perdurable.
La romantización de los artistas “torturados”, nos lleva a pensar que son mejores artistas por el hecho de sufrir enfermedades mentales
Sabina afirma que para componer necesita tener el corazón roto y Lucía Etxebarría, escritora que ha sufrido depresiones, reflexionaba en el podcast de Álex Fidalgo que hay una tendencia a romantizar el drama, y lo que la ayudó a salir de sus depresiones fue salir de la idea de que la creatividad nace así, del dolor más oscuro. “no romantizar que cuanto peor estoy mejor voy a escribir”, aseguraba y añadía que aunque “escribes mejor, no merece la pena”, porque el coste puede ser no salir nunca de ahí ya que tu trabajo dejará de ser válido, ya que solo puedes dedicarte a la música si es un alma atormentada, lo que supone un impedimento a la hora de empezar un tratamiento de desintoxicación como analizaba el Dr. Paul Saintilan.
Seas o no una persona dedicada al arte, quiero recordarte que si estás pasando por un momento difícil emocionalmente y no sabes cómo salir, no estás solo. Puedes pedir ayuda a diferentes profesionales de la salud mental, o ponerte en contacto con la línea de atención a la conducta suicida del Ministerio de Sanidad en el teléfono 024 disponible 24/7, o llamar al Teléfono de la Esperanza que también atiende 24 horas, en el 91 459 00 50. Si tienes ideas suicidas o conoces a alguien que puede tenerlas y necesitas ayuda urgente, puedes llamar al 112 o acudir a las urgencias de tu hospital más cercano.
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