Trump ha conseguido lo nunca visto: los latinos están dejando de beber Coca-Cola

Una protesta política y comercial que ha llegado hasta el otro lado del mundo

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Joel Calata

Editor

En un giro sorprendente dentro del escenario político y de consumo estadounidense, la comunidad latina ha dejado claro el poder que tiene como población en los Estados Unidos, y es que un reciente estudio de mercado ha dado a conocer que, en estados con más presencia de migrantes están dejando de beber Coca-Cola

Lo que comenzó como una respuesta simbólica a la supuesta cercanía de la empresa con figuras asociadas al expresidente Donald Trump, ha escalado a un fenómeno de impacto nacional, reflejado en las más recientes cifras de ventas.

El detonante de esta reacción fue una serie de campañas en redes sociales que acusaban a Coca-Cola de mantener relaciones financieras con políticos y grupos que respaldan políticas migratorias restrictivas o retórica antiinmigrante. Si bien Coca-Cola ha negado cualquier alineación política directa, la percepción pública en ciertos sectores hispanos fue suficiente para encender la mecha.

Lo que detonó el boicot hacia la empresa refresquera fue un video que circula en línea donde supuestamente aseguraba que la compañía solicitó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que ayudara a expulsar a los trabajadores indocumentados, lo cual, según un portavoz de la compañía, es "totalmente falso".

El boicot de la comunidad latina

Según datos de firmas de análisis de mercado, Coca-Cola experimentó una caída inusual en ventas dentro de áreas con alta concentración de población hispana, como Texas, California, Arizona y Florida, incluso algunas cadenas de supermercados han reportado una reducción del 15% al 20% en la venta de productos Coca-Cola en comparación con el mismo trimestre del año anterior.

La razón del porqué la comunidad latina le dio la espalda a un producto como Coca-Cola podría explicarse al entender a la popular bebida de la lata roja como un símbolo cultural estadounidense: al ocupar un lugar especial en la vida cotidiana de millones de personas, que un grupo decida prescindir de un producto tan emblemático atrae consecuencias económicas.

Los latinos no son los únicos

Las repercusiones para Coca-Cola también se sienten en Europa, y no es por culpa de Trump, sino por uno de los hombres de su gabinete: JD Vance, que ha acusado a Dinamarca de no ser "un buen aliado" a pesar de que las fuerzas danesas han luchado junto a las tropas estadounidenses en Afganistán y otros lugares.

Desde cafeterías independientes hasta cadenas de supermercados en Copenhague y Odense, decenas de establecimientos han comenzado a reemplazar productos de Coca-Cola con bebidas locales o europeas como parte de esta nueva acción contra el gobierno de Trump.

Fotos de realdonaldtrump |  Foto de James Yarema en Unsplash

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